Casi todos los corresponsales se hacen eco de la noticia anti-israelí de la semana.
Muñoz en El País: Israel anula el permiso a miles de palestinos para vivir en Jerusalén:
La mayoría de las revocaciones afectan a palestinos que han residido en el extranjero durante más de siete años. Con un agravante: a este respecto, cualquier pueblo o ciudad de Cisjordania también se considera el extranjero. El abanico de víctimas puede ampliarse fácilmente. La obtención de la ciudadanía de otro país o la residencia permanente bastan para arrebatar al árabe jerosolimitano la tarjeta verde (permiso de residencia).
García Gascón en
Público:
Israel quita residencias en masa del Jerusalén árabe:
Durante 2008, el Ministerio de Interior de Israel retiró el permiso de residencia a 4.577 palestinos que vivían en el sector ocupado de Jerusalén. Entonces gobernaba una coalición liderada por Kadima, y con la pérdida del permiso también les privó de los privilegios tales como acceso a la Sanidad pública que Israel otorga a la población no judía de Jerusalén Este.
Mir de Francia en
El Periódico:
Israel acelera las expulsiones de palestinos en Jerusalén:
Esta semana se ha conocido que el año pasado Israel despojó a casi 4.600 palestinos de sus derechos de residencia en Jerusalén. La cifra es 20 veces superior a la media anual de los últimos 41 años. Pero no es más que la punta del iceberg. Las medidas israelís para frenar el crecimiento de la población árabe en la capital disputada por ambos pueblos y judaizar su sector ocupado han abocado a decenas de miles de familias a una angustiosa batalla por la supervivencia. La UE lo llama «tratamiento discriminatorio»; otros hablan de «limpieza étnica» a golpe de ordenanza administrativa.
Uy, qué malo el gobierno israelí. Revocar el permiso de residencia a los árabes-palestinos de Jerusalén, ¡qué canallada! ¡apartheid! ¡racistas!
Incriminar al estado judío es muy fácil, sobre todo cuando los corresponsales de bien omiten deliberadamente información:
1) Si estos palestinos no tienen ciudadanía israelí es sencillamente porque no les da la gana. Informa
BBC Mundo:
Luego que Israel ocupara el área en 1967, a los palestinos que vivían en Jerusalén Oriental se les ofreció la ciudadanía israelí. Muchos de ellos la rechazaron para no reconocer la soberanía israelí por lo que entonces se les otorgó residencia.
2) Como en todo país, la concesión de la residencia israelí está sujeta a una serie de requisitos,
a saber (vía NyT):
under Israeli law, permanent residents may have their residency rights revoked if they live at least seven consecutive years outside Israel or receive foreign residence or citizenship.
Bueno, la cosa no es para tanto, ¿no? El titular más correcto hubiera sido: "
Israel revoca la residencia a miles de palestinos de Jerusalén (que en su día rechazaron la ciudadanía israelí) por no cumplir los requisitos legales", y todos tan contentos. Ahora bien, si lo que se discute es la ley israelí de residencia por racista, deberíamos ser coherentes y tacharnos también de racistas a nosotros mismos, pues en España es
condición sine qua non para obtener la residencia (temporal o permanente) la permanencia continuada en territorio español durante cinco años, y estoy seguro que no somos los únicos en Europa con una ley así.
Claro que todo esto no lo van a explicar los medios españoles, ¿cómo si no criticarían a Israel?