Andamos mi amigo José y yo un poco desbordados. Donde quiera que mires, te sale un indocumentado (un tonto útil en el mejor de los casos, que regurgita imbecilidades repetidas una y mil veces, como lo de acabar con la ocupación de Gaza), o un “todista” (experto en todo que se lanza a escribir sobre Oriente Medio, seguro de que escupir sobre los judíos e Israel es apuesta segura de éxito, aunque no pueda poner el Mediterráneo en el mapa).
He estado en estas fechas intentándome escapar, leyendo sólo prensa extranjera. No es menos aterrador. Desde algunos buenistas neo-hippies del New York Times (¿por qué no nos abrazamos todos y bailamos kum-ba-ya, dado que cuando los ángeles de la tolerancia con turbante tengan Jerusalem Este toda la inquina anti-occidental de los islamistas desaparecerá?), a los muy malintencionados de Foreign Policy (un verdadero fanzine que considera que los sionistas no pueden estar involucrados en el diseño de la política exterior para Oriente Medio de EEUU lo que, supongo, descalifica a Ross tanto como a Biden… Y ya puestos a denunciar, a ver quién no tiene múltiples lealtades, ¿no?).
También están los del auto-odio israelí: la culpa la tenemos nosotros, que no somos mejores que ellos. Y los que directamente piden que Israel sea un país tutelado, simpre que el tutor sea suficientemente progre
Quedan reductos de cordura… pero pocos
En mitad de esta vorágine surgen, finalmente, los resentidos, los que rezuman odio por las mañanas. Hoy tenemos el gusto de presentároslos con una madrina singular: la inefable bocanegra (literal y figurada) Maruja Torres, a la que nadie parece haberle explicado que la bilis y el tabaco manchan irreparablemente los dientes.
Lo bueno de esto de “Periodismo Humano” (interesante nombre para una actividad fundamentalmente carroñera), es tenerlos ahí a todos juntitos. Desde Bauluz (la inolvidable exposición de Arcadi Espada de su manipulación se enseña en las escuelas de periodismo), pasando por Arce (el radical que odiaba tanto la libertad de expresión que boicoteaba actuaciones musicales como sus admirados piqueteros), La Prieto (si se muerde la lengua se envenena), Olga Rodríguez (vereis que en la idiotez no hay problema de coutas de género)
Piden colaboraciones monetarias. Ja, ja. Predigo que si dependen de contribuciones y el mercado libre, o se alimentarán a base de mala baba o se volverán todos a buscar refugio a sus medios "naturales": Canal Sur, la Ser, El Mundo... Claro que, antes de que eso suceda, vivirán una temporada de nosotros y nuestros impuestos. Faltaría más.
Entre tanto, siguen conspiranóicos. Me parto
Y, ahora, José, tú que sabes de esto ¿cuántas etiquetas hay que ponerle a este post?. ¿No hay ninguna que ponga TODOS(AS)?
Weekend long read
Hace 3 años
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