¡Ay qué clases de Historia necesitan nuestros ilustres corresponsales!
1) Laura L. Caro en ABC, en una entrevista al alcalde de Hebrón:
Entrada a la mezquita de Ibrahim, llamada Tumba de los Patriarcas por los judíos. Cuatro palestinos que iban al rezo son retenidos por los soldados israelíes. Se llevan sus identificaciones, sus teléfonos móviles y les ordenan no moverse. Antes han tenido que atravesar un túnel anterior al templo estrecho como una leonera, donde hay tres tornos de seguridad, decenas de cámaras. Han tenido que pasar también por delante de un primer militar armado.Para ilustrar esta estupidez, se me ocurre una analogía: imaginemos que a la Caro la destinan, digamos, a Málaga. Intuyo que comenzaría su crónica tal que así:
Llegamos a Malaqa, llamada Málaga por los españoles, provincia de Al-Andalus, también conocida como Andalucía.(Y esto no sería tan dantesco, pues Andalucía fue antes mora que española).
¿Por qué entonces Laura L. Caro comete la salvajada histórica de llamar a la Tumba de los Patriarcas "Mezquita de Ibrahim"? Respuesta: propaganda. Lo que intenta la periodista es desvincular los lazos histórico-religiosos que unen a la ciudad de Hebrón con el pueblo judío. Veamos: Me-arat Hamachpelah (nombre hebreo de la Tumba de los Patriarcas) es el nombre originario del lugar. Aparece en Génesis 23, más de mil años antes del nacimiento de la fe musulmana. ¿No sería más lógico entonces, al margen de consideraciones políticas, llamar al sagrado lugar por su nombre y, si acaso, reseñar cómo la conocen los musulmanes?
2) El rotativo argentino Clarín:
Las fuerzas de seguridad ingresaron en la explanada donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa y lanzaron gas lacrimógeno a la multitud. El Monte del Templo es el tercer sitio más sagrado del islam.¡Y el más sagrado para los judíos! Pero el redactor de la noticia prefiere omitirlo.
No se equivoquen: no estamos hablando aquí de erratas o gazapos periodísticos, sino de manipulación propagandística. Se trata de romper toda conexión emocional, histórica y religiosa que puedan tener los judíos israelíes respecto de sus lugares sagrados, para concluir así que toda pretensión territorial sobre éstos es ilegítima.
Tiempo al tiempo, ya verán como algún día la Caro escribirá:
Desde al-Quds, también conocida como Jerusalén, en Filistin, lo que los judíos llaman Israel...
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