El affaire Dubai

Me es tarea imposible hacer un recopilatorio aquí de todas las bobadas aparecidas en la prensa española a propósito del affaire Dubai, así que os remito a este artículo de Alan Dershowitz sobre el tema de imprescindible lectura.

Los errores de la OTAN y los "crímenes" de Israel

El pasado día 18 la OTAN acabó con la vida de siete policías afganos, a los que confundieron con talibanes. "Error", clamaron los medios. Si las desafortunadas víctimas afganas hubieran sido palestinas y si el actor de la operación militar hubiera sido el ejército israelí, ya tendríamos todas las portadas de los periódicos acusando al gobierno judío de criminal. Todo lo que puedo escribir aquí ya lo dice el último boletín de Honest Reporting, al que me remito.

Espinosa lloriquea

Espinosa, para no variar, desinforma y mezcla churras con merinas en su crónica.

¿Qué tendrán que ver los GAL con esto?. El Mossad, si es que fue el Mossad, o cualquier otra agencia israelí (sólo él menciona a Israel, no los dubaitíes) no es una organización para-estatal. No es un grupo terrorista que pone bombas. La mitad de las víctimas de los GAL fueron inocentes. El Mossad, si ha sido él, ha eliminado selectivamente a un terrorista, con el conocimiento de las autoridades israelíes, y también con los sistemas de control que cualquier gobierno democrático ejerce sobre sus servicios de inteligencia. Y el gobierno israelí no confirma su participación porque no tiene por qué hacerlo, pero tampoco la desmiente (Felipe Gonzalez la negó porque en su caso habría admitido una ilegalidad criminal). En ese sentido, si esta es una acción del Mossad, su naturaleza parece mucho más cercana a lo que nuestro ejército hace en Afganistán, cazando talibanes. No, un momento, allí si que nos cargamos civiles. Pero con buen rollo.

Lo fundamental, que el radical disfrazado de corresponsal se guarda mucho en explicar, es que el "lider" de Hamas reconoció secuestrar y matar a israelíes. Hamas reconoce también que era clave en el contrabando de armas a Gaza. Era un terrorista y, si fue eliminado en una acción encubierta, yo llevo semanas brindando por los valientes que retiraron a esa basura de la circulación. Aunque el panfletista de El Mundo lloriquee porque haya un asesino menos en este mundo.

Últimas mañanas con Muñoz y su bilis

Igual que andar con caballos a algunos hace caballeros y a otros caballerizos, escribir en un periódico no debería otorgar inmediata y automáticamente la condición de periodista. Ni de informador. Sobre todo, cuando el escribidor, plumilla o panfletario dedica su vida, precisamente, a desinformar.

Tampoco por escribir en un medio socialdemócrata o de izquierdas deberíamos asumir que el pega-palabras es necesariamente un ser progresista. Tengamos en cuenta que algunos de estos "libeladores" de la noticia utilizan técnicas bien conocidas desde el fascismo. Recordáis lo de "una mentira repetida mil veces...". Parece que Goebbels también podría haber sido corresponsal de algún medio de referencia europeo en Medio Oriente. Por sus métodos, su apego a la verdad y su respeto a cierto pueblo milenario que allí habita.

Bueno, digo todo esto por la deposición del día en el diario El País del reconocido maquinador de infundios y mentiras, fabricador de falsedades y, vulgo, trolas, llamado Juan Miguel Muñoz.

Los malos no cejan. Carta al Director del El Mundo

Sr. Director,

En la crónica publicada en su diario este martes sobre la visita del Rey Juan Carlos al Líbano, Javier Espinosa manipula de nuevo, malintencionadamente, sobre "las amenazas de Israel", demostrando una vez su extremismo y hostilidad contra ese país.

(Nuevo) requerimiento de rectificación enviado a El Mundo

En relación al artículo de referencia, les llamo la atención sobre errores de bulto y omisiones que el autor comete. Resulta especialmente grave perpetuar, en un suplemento precisamente dedicado a la educación, equivocaciones comunmente repetidas desde fuentes poco fiables o con un malintencionado afán de desinformar.

Jové y el ISM

Eugenio García Gascón vuelve a dar la nota en Público. En su último artículo sobre la detención de Ariadna Jové, activista pro-palestina pro-terrorista detenida hace unos días por el ejército israelí, emite su particular visión sobre la ONG de la que Jové es activista, International Solidarity Movement (ISM):

Fundado en el 2001, el ISM no es una ONG ordinaria. Aparte de repudiar frontalmente la violencia, sus miembros no inician ninguna actividad propia, sino que apoyan las que emprende la población local.

Acierta Gascón. Es evidente que el ISM no es una ONG ordinaria, en tanto apoya sin tapujos la "lucha armada" (eufemismo empleado para referirse a los atentados terroristas palestinos), colabora activamente con destacados integrantes de Hamas y Jihad Islámica e incluso presta cobijo en sus oficinas en Cisjordania a terroristas buscados por Israel. Que se sepa con qué clase de calaña trabaja la alimaña de Jové.

Basta ya de presentar a esta pandilla como angelitos, ¿no?

Como dicen en mi tierra, esta mujer es cansina...

Pero no nos rendimos. Y eso que a ella le pagan y a nosotros no.

Cada vez que escriba una apología de los extremistas, cada vez que prostituya la verdad, cada vez que de voz a libelos (credibilidad no puede dar, porque no tiene), cada vez que manipule, engañe, cada vez que enfangue nuestro día, el periódico en el que le dejan escribir y el buen nombre de su profesión, aquí estaremos, pesaditos también, denunciándola.

En vez de desenmascarar una por una la sarta de barbaridades que contiene la "inocente" cobertura de esta basura, os propongo que cambieis "israelíes" por "españoles", "Gaza" por "Euskal Herría", "Rafah" por "Errentería". Porque os aseguro que la misma porquería a la que esta "periodista" da cobertura en El Mundo se escribe y dibuja todos los días en el País Vasco. Comics anti-sistema igualitos, donde se justifica con falsedades históricas el terrorismo de ETA que tanto nos duele, con las mismas mentiras sobre los abusos a los Derechos Humanos  que la pobre población local sufre del ocupante opresor.

La Prieto no podría publicar algo semejante, tan profúndamente insultante para un país democrático y garantista como el nuestro. Primero El Mundo no lo imprimiría. Segundo, le caería una denuncia y un requerimiento judicial por apología del terrorismo. Tercero, la gente le escupiría por la calle.

Aquí, como digo, no es que le salga gratis, es que le pagan por ello, le dan notoriedad, le otorgan la respetabilidad que una fanzinera extremista nunca obtendría. Y, de paso, encuentra la audiencia que busca en la banda de palmeros que jalean en el blog sus deposiciones.

Otro día escribiremos sobre los antecedentes personales de esta resentida y las raices del auto-odio que la ahoga y al que intenta arrastrar a sus lectores. Stay tunned.