lunes, 17 de octubre de 2011

Los tontos del culo

Una más de los estalinistas atrincherados. Al parecer, Israel no tiene derecho a ejecutar su regulación urbanística. No sorprende, viniendo de quien viene, pero sigue asqueando el cinismo de los escribidores en tinta de bilis: la noticia debería ser que España financió una obra ilegal. O sea, que habría que buscar responsables en la administración, al incompetente que, o en su buenismo se la metieron los palestinos (ya sabemos que ese pueblo angelical incapaz del mal no podría hacer una obra sin permiso), o al que en su sectarismo ideologizado solo ve mala fe en cualquier regulación de Israel, incluso las de recogida de basura, y decidió apoyar con nuestro dinero una infracción. Estos payasos son los que, si el Algarrobico lo hubieran construido los palestinos, en vez de montar una campaña para tirarlo, montarían una recogida de firmas contra la criminal represión

sábado, 15 de octubre de 2011

Una banda de zombies que hiede a muerto

El País, los que marcan su línea editorial, son una banda, en el sentido guardiolano de la palabra. Unos sesentayochistas jurásicos, que han llegado a la senectud acostumbrados a que nadie les confronte su inconsistencia intelectual, el olor a alcanfor y pérdidas de orina que desprenden, y la grima que dan.

En su senilidad, no se dan cuenta de que secuestraron a la izquierda nacional, la despeñaron por el barranco de su sectarismo, su relativismo y sus ocurrencias, y le llevará, a ella y al país, generaciones para desprenderse de la roña de su bajeza de miras.

Eso al país. A El País hace años que no hay quien lo salve. se sofocaron practicando la masturbación con asfixia. Ni dignidad tienen para reconocer su profundo fracaso, total, absoiluto, sin paliativos, y solo son capaces, en sus últimos estertores, de coces de resentimiento contra el triunfo de la prosperidad y cualquiera que desplegara convicciones de libertad. No dan pena. Dan asco.

Ya van apestando a muerto. En cuanto les desenchufen los tubitos de nuestras subvenciones que los mantienen en un coma delirante y sulfuroso, que los entierren rápido